Fue una semana emotiva, donde se vivió la sana competencia, y cada equipo daba lo mejor de si para alcanzar un buen resultado.
Se prepararon durante mucho tiempo para llegar a la ansiada meta de ser campeón olímpico de estas olimpiadas. Ninguna competidora puede ser llamada perdedora, ya que con el sólo hecho de estar en estas olimpiadas es una ganadora. En la ceremonia de clausura que se realizó a las 13:00 hrs se entregaron los premios y se dio por finalizadas las décimo terceras olimpiadas femeninas maristas, apagando la llama olímpica.